Sunday, December 04, 2005

Historia Universal de la Destrucción de los Libros. De las tablillas sumerias a la guerra de Irak


Pues un poco tardado decidir cuál sería la siguiente recomendación de lectura. Aún tengo muchos títulos pendientes, pero éste no podía esperar.

De Fernando Báez, este título nos llega como cubetazo de agua fría. Somos espectadores de un proceso que algunos queremos creer que no nos incumbe y al llegarnos este relato, nos damos cuenta de que si somos humanos, siempre nos tendrá que incumbir lo que a la humanidad se refiere.

Título: Historia Universal de la Destrucción de los Libros. De las tablillas sumerias a la guerra de Irak
Autor: Fernando Báez
Colección: Debate
Editorial: Sudamericana, 400 páginas.
Resumen de la Editorial:

"Un espléndido recuento, lúcido y devastador a la vez, del crimen perpetrado contra la memoria de la humanidad que descansa en los libros. Desde la antigüedad griega hasta el mundo islámico, desde los códices prehispánicos arrojados al fuego durante la época colonial o la destrucción nazi de miles de libros judíos, hasta las actuales situaciones de censura en países como Cuba y China.
El autor se pregunta por qué este empeño en asesinar la memoria escrita. Para encontrar una respuesta, Fernando Báez recorre diversos momentos de la historia, cuya desafortunada piedra de toque ha sido la destrucción de los libros, siempre en nombre de distintas consignas: raciales, sexuales, culturales o políticas."



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Copio íntegro el texto de Celeste Requena sólo por comunicar una reseña de un libro que espero leer pronto:

"Fernando Báez, autor del libro: Historia Universal de la destrucción de los libros: de las tablillas sumerias a la guerra de Irak, investigó durante años la destrucción de los libros, pero hubo un detonante que lo llevo a dar forma a su investigación: Un llamado en el que le pedían que fuera a Irak, para hacer un relevamiento de los daños ocasionados por los saqueos, bombardeos producidos en Irak

Desolado por la experiencia vivida decidió recopilar la información acumulada durante años para editar este libro. Un alarmante dato mencionado en el prologo del libros dice que el 60% de los libros fue destruido en forma voluntaria, mientras que solo el 40% restante fue destruido por factores exógenos, (accidentes, catástrofes naturales)

Debo reconocer la profunda tristeza que me acompaño a lo largo de su lectura. Saber que Platón quemó sus poemas, (vale la pena aclarar que fue luego de conocer a Sócrates), o que 480.000 códices Mayas hechos en papel de amate (que dada sus propiedades hubieran podido soportar el paso del tiempo con total elegancia) ardieron en una hoguera, o que la Biblioteca Nacional de Bagdad ha quedado reducida a la nada, no deja en nuestras almas una grata sensación, yo creo que por el contrario, tanta desgarrada verdad nos deja un vacío enorme.
Sabemos que el libro no es valorado solo como objeto sino también como portador de conocimiento, como registro intelectual de la memoria y de la cultura y ¿por qué no?, como compañero de vida. Su destrucción representa tanto la muerte de una idea, como la arrogancia de quien pretende someter un pensamiento.

La cita seleccionada para dar comienzo es de Heiene y data del 1821 y dice una triste realidad: “…allí donde se queman libros terminan por quemar hombres”.

Con solo mirar el índice se puede tener una dimensión general de todos los casos que como bien lo menciona el subtitulo van desde la tablillas sumerias a la guerra de IRAK. La lectura que viene a continuación debo decir que a mi entender es triste, desgarradora, para leer capitulo por capitulo este libro es recomendable hacerlo, cuando uno está buen de animo, dado que quienes amamos los libros, no podemos soportar tan fácilmente la compilación de datos tan precisos como reales, que se repiten a lo largo de toda la historia de la humanidad.

Sabemos que un libro es fuente de saber, portador de conocimiento y cuando se lo destruye su objetivo no es otro que el de aniquilar la memoria que encierra. Báez afirma que los bibliocastas saben que sin la destrucción de libros y documentos, la guerra esta incompleta, porque no basta con la muerte física del adversario es necesario también Desmoralizarlo. Por lo que se busca atentar contra las raíces, la cultura, lo que lleva inevitablemente a la destrucción de sus fuentes de saber.

Esta tendencia va en crecimiento, es importante recordar que pese a los avances tecnológicos que han permitido acercarnos a otras culturas de forma instantánea, hay quienes creen que pueden, dominar a otros, o callarlos."

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